LA QUEDADA (KDD)

ENCUENTRO | CENA | FIESTA | DESPEDIDA

EL ENCUENTRO

A media noche hube de levantarme de la cama urgentemente e ir al baño... Ya la garganta empezaba a mostrar síntomas de falta de fortaleza, -quizás por el frío cogido durante la noche en una cama toda desecha a causa de dar tantas vueltas en ella-, y se negaba a dejarme articular correctamente cada vez que me repetía en voz alta “vaya, que nervios”.

En pocas horas tomaría un autobús destino centro-España para encontrarme con gentes conocidas sólo en parte, con voces y modos de escribir... dedos más o menos veloces de orígenes cosmopolitas y un pálpito común, el “click” de los teclados, la unidad de comunicación de nuestros corazones.

Encontrarme con Madrid, para mí, un chico de provincias, encierra siempre la misma mágica sensación de estar libre y suelto por una jungla de experiencias poco cotidianas y nuevas. Llegar al hostal en metro, ¡qué cosa tan común! se me antojaba especial; tal vez fuese que en el mismo vagón, tras un transbordo, y desde que salí de la estación, una chica que llegó en el mismo autobús que yo seguía mis pasos por el subsuelo de túneles de Madrid... o así quería yo verlo... y esto acentuaba la magia.

Por fin dejé mis cosas, me cambié en el hostal y me fui a ver a mis amigas. Pasé por un puesto de flores y estuve tentado... no compré nada pero pregunté el precio de las margaritas. ¡Qué caro!, me dije. En Badajoz estas cosas valen más baratas. : )

No os imagináis los abrazos... la alegría... el bullicio... los sentimientos chocando unos con otros desordenadamente... ni tiempo me dio a pensar en como sería el encuentro cuando caminaba rápido hacia el hotel donde ellas me esperaban... Flases y fotos disparando acompasadamente rescatando de la memoria la falta de fidelidad que el tiempo inexorabemente roba a los recuerdos y haciendo aún más inolvidabes los besos que nos dimos al vernos por primera vez.

Gretta fue la primera que corrió a saludarme. Tras la foto, me tiré en sus brazos casi para sostenerme y tomar impulo al ver que tras de sí se aproximaban ya Amiga y Dreita. Y no hubo más paz en el mundo que la que yo sentía en esos momentos, pues la paz, como la felicidad, es un valor que se mide por la ausencia de valores antagónicos, y es a la guerra y al sufrimiento la paz su contrapuesto y a la felicidad la falta de necesidad de paz, y así debiera sernos dado siempre el estar en este mundo, abrazados unos a otros como en un saludo de bienvenida.

Nuestro común amigo Black Eye tambien estaba y fue uno de los descubrimientos humanos más interesantes para mi de esta kdd, pero no el único...

Esperamos a Citi y todos subimos a repartirnos regalos y a repetir como maniquíes poses dulces y sonrrientes que de no ser verdaderas y sentidas bien pudieran haber sido nominadas para el premio “culebron-del-año”.

Tras comer en un sitio de pésimo servicio, Black Eye hubo de marchar. Agradecimos su decisión y el esfuerzo de venir desde Valencia solo para estar, y le despedimos con pena repitiendole que se quedase.
Fue la primera baja.